POST
PESCADO FRITO CON YANIQUEQUE
Por emilevega
Publicado en la revista Gastroteca, Santo Domingo, República Dominicana
Publicado en la revista Gastroteca, Santo Domingo, República Dominicana
Los pescados fritos que venden en la playa de Boca Chica son definitivamente los más famosos. Aunque sean considerados los originales o los mejores, desde pequeños seguramente muchos dominicanos hemos disfrutado de esta exquisitez, no sólo en Boca Chica, sino en casi todas las que bordean nuestra bella isla. Desde Playa Caribe hasta Guayacanes y Juan Dolio, desde Nizao a Barahona, desde Puerto Plata y Sosúa hasta Cabarete, desde Las Galeras y Samaná hasta Las Terrenas, desde Nagua hasta Cabrera y Río San Juan, no tenemos que tener el olfato muy entrenado, el maravilloso aroma nos conduce directamente hacia un rinconcito apartado donde nos topamos con las brasas ardientes del anafe y un gran caldero con aceite caliente, que pronto recibirá un pescaito' entero y sufrirá una metamorfosis que lo convertirá en lo que ha sido bautizado como “Pescado al estilo Boca Chica”.
En este aceite se sumergen a diario los más frescos pescados empolvados de harina, que bailan al compás de las burbujas hasta que se tornan doraditos. Salen a escurrirse y mientras los ojos de cien moscas los analizan, sus fieles acompañantes, los yaniqueques, son también lanzados a la pista de aceite a sufrir el mismo destino de los pescados. Al salir, son rociados con sal y colocados junto a los pescaitos' tostados sobre papel y cuñas de limón, y son entregados a los clientes, quienes descalzos, sin camisa y salivando, han presenciado con asombro el maravilloso ritual.
Identificar el pescado frito original, o el más sabroso, es un tema muy incierto e imposible de determinar. Lo que sí es muy cierto es que no hay nada más delicioso que sentarse a la sombra de una mata de cocos y disfrutar comiendo con las manos un pescado fresco recién frito, acompañado de un “long play” de yaniqueque con sal, viendo las olas romper en la orilla mientras una suave brisa nos ayuda a soplar al pescado caliente. Es una experiencia muy dominicana, muy sabrosa, y sobre todo, esta delicia caribeña es muy sencilla de preparar.
En este aceite se sumergen a diario los más frescos pescados empolvados de harina, que bailan al compás de las burbujas hasta que se tornan doraditos. Salen a escurrirse y mientras los ojos de cien moscas los analizan, sus fieles acompañantes, los yaniqueques, son también lanzados a la pista de aceite a sufrir el mismo destino de los pescados. Al salir, son rociados con sal y colocados junto a los pescaitos' tostados sobre papel y cuñas de limón, y son entregados a los clientes, quienes descalzos, sin camisa y salivando, han presenciado con asombro el maravilloso ritual.
Identificar el pescado frito original, o el más sabroso, es un tema muy incierto e imposible de determinar. Lo que sí es muy cierto es que no hay nada más delicioso que sentarse a la sombra de una mata de cocos y disfrutar comiendo con las manos un pescado fresco recién frito, acompañado de un “long play” de yaniqueque con sal, viendo las olas romper en la orilla mientras una suave brisa nos ayuda a soplar al pescado caliente. Es una experiencia muy dominicana, muy sabrosa, y sobre todo, esta delicia caribeña es muy sencilla de preparar.